En este artículo te explicamos con claridad todo lo que debes saber sobre el mediador concursal y la ley segunda oportunidad, su importancia, en qué casos interviene y cuándo ya no es obligatorio.
La ley de segunda oportunidad es una herramienta legal que permite a personas físicas —tanto particulares como autónomos— cancelar deudas impagables y empezar de nuevo.
Sin embargo, uno de los aspectos que más dudas genera es el papel del mediador concursal: ¿es siempre necesario?, ¿cuál es su función?, ¿cuánto cuesta su intervención?
¿Qué es un mediador concursal?
El mediador concursal es una figura profesional designada para actuar como intermediario entre el deudor y sus acreedores durante el proceso de segunda oportunidad.
Su misión principal es intentar alcanzar un acuerdo extrajudicial de pagos, es decir, una negociación que permita reestructurar o reducir las deudas antes de llegar al juzgado.
Se trata de un profesional con formación en derecho o economía, inscrito en el Registro de Mediadores del Ministerio de Justicia, que actúa con independencia, imparcialidad y confidencialidad.
En pocas palabras, el mediador ley segunda oportunidad intenta evitar que el proceso termine en concurso judicial, buscando una solución consensuada para ambas partes.
¿Cuándo interviene el mediador concursal en la ley de segunda oportunidad?
El mediador concursal interviene en la primera fase del procedimiento: la fase extrajudicial.
Esta se inicia cuando el deudor presenta una solicitud para alcanzar un acuerdo con sus acreedores antes de acudir a los tribunales.
El deudor presenta la solicitud ante un notario (si es particular) o ante el registrador mercantil o cámara de comercio (si es autónomo).
El notario o registrador designa un mediador concursal para Ley de Segunda Oportunidad
Este mediador analiza la situación económica, convoca a los acreedores y propone un plan de pagos o de quitas.
Si no hay acuerdo, se pasa a la fase judicial, conocida como concurso consecutivo.
Desde la reforma de septiembre de 2022, el mediador ha perdido peso en algunos casos, ya que el acuerdo extrajudicial de pagos dejó de ser obligatorio.
Aun así, sigue siendo una figura útil para resolver conflictos antes de llegar al juzgado.
Mediador concursal y ley segunda oportunidad: ¿sigue siendo obligatorio?
Hasta hace unos años, la designación de un mediador era un paso obligatorio para poder acogerse a la ley de segunda oportunidad.
Sin embargo, la reforma del Texto Refundido de la Ley Concursal (Ley 16/2022) cambió esta regla.
Hoy, el mediador ley segunda oportunidad ya no es obligatorio en todos los casos.
Si el deudor quiere intentar un acuerdo con sus acreedores, puede solicitar la intervención del mediador.
Pero si considera que no hay margen de negociación, puede acudir directamente al juzgado sin pasar por la fase extrajudicial.
Esta simplificación busca hacer el proceso más rápido y accesible, especialmente para personas que ya saben que sus acreedores no aceptarán ninguna propuesta.
Ventajas de contar con un mediador concursal para la Ley de Segunda Oportunidad
Aunque el mediador ley segunda oportunidad ya no sea obligatorio, su participación puede resultar muy beneficiosa en determinados casos. Estas son las principales ventajas:
- Evita el procedimiento judicial: si se alcanza un acuerdo extrajudicial, no será necesario ir al juzgado.
- Facilita la negociación: los acreedores suelen responder mejor ante un profesional neutral.
- Ahorra tiempo y costes: un acuerdo previo puede ser más rápido y menos costoso que un concurso completo.
- Da credibilidad al proceso: contar con un mediador demuestra buena fe y voluntad de resolver la deuda.
En definitiva, aunque no siempre sea necesario, contar con un mediador concursal puede marcar la diferencia entre un proceso fluido y uno lleno de obstáculos.
¿Cuánto cuesta el mediador concursal?
El coste del mediador ley segunda oportunidad depende de varios factores: el número de acreedores, la complejidad del expediente y la cuantía de la deuda.
Por norma general, sus honorarios se calculan siguiendo un baremo aprobado por el Ministerio de Justicia, aunque suelen moverse en una franja de:
- Entre 300 y 1.200 €, dependiendo del volumen de trabajo.
En algunos casos, el pago se realiza al finalizar el procedimiento o se incluye dentro del plan de pagos.
Si el solicitante no puede asumir el coste, puede solicitar justicia gratuita o acogerse a un despacho con facilidades de financiación.
¿Qué pasa si no se logra acuerdo con el mediador?
Si, tras la intervención del mediador ley segunda oportunidad, no se alcanza un acuerdo extrajudicial, el propio mediador debe comunicarlo al juzgado mercantil.
En ese momento se abre el llamado concurso consecutivo.
En esta fase:
- Se paralizan todos los embargos y procedimientos de ejecución.
- El juez evalúa si el deudor cumple los requisitos de buena fe.
- Se analiza la posible liquidación de bienes (si existen).
- Finalmente, se puede conceder la exoneración del pasivo insatisfecho (BEPI), es decir, la cancelación de las deudas.
Por tanto, incluso si no se alcanza acuerdo, el intento previo demuestra voluntad de negociación, lo que mejora la posición del deudor ante el juez.
Mediador concursal y ley segunda oportunidad y justicia gratuita
Si no puedes afrontar los costes del mediador, abogado o procurador, la ley permite solicitar el derecho a justicia gratuita.
Este beneficio se concede cuando los ingresos del solicitante no superan ciertos límites (normalmente el IPREM multiplicado por dos o tres, según la unidad familiar).
La solicitud se presenta en el colegio de abogados de tu provincia, aportando documentación económica.
Si se aprueba, podrás contar con representación profesional y mediación sin coste o con una reducción significativa.
Esto garantiza que cualquier persona, incluso en situación de insolvencia total, pueda acceder a una segunda oportunidad.
¿Qué papel juega el mediador en la exoneración de deudas?
El mediador ley segunda oportunidad no solo interviene en la fase inicial, sino que también tiene un papel relevante en la evaluación del comportamiento del deudor.
Su informe sirve para acreditar la buena fe y la cooperación durante el proceso.
Por ejemplo:
- Si el mediador certifica que el deudor aportó toda la documentación.
- Si demostró transparencia con sus acreedores.
- Si participó activamente en la negociación.
Estos elementos serán valorados por el juez al decidir si concede la exoneración total o parcial de la deuda.
Por eso, aunque el mediador no sea obligatorio, su participación puede reforzar la credibilidad del solicitante.
Cuándo conviene prescindir del mediador concursal en la Ley de segunda oportunidad
Hay casos en los que puede ser preferible no recurrir al mediador y acudir directamente a la vía judicial:
- Cuando se tienen muchos acreedores y la negociación es inviable.
- Si ya existen embargos en curso y se necesita una resolución urgente.
- Cuando la deuda es principalmente con Hacienda o Seguridad Social, ya que estos organismos rara vez aceptan quitas.
- Si el deudor no tiene bienes y busca directamente la exoneración.
En estos supuestos, lo más eficiente suele ser presentar el expediente directamente ante el juzgado con asistencia legal.
Conclusión: el mediador sigue siendo una figura clave
Aunque el mediador ley segunda oportunidad ha perdido obligatoriedad en algunos casos, su papel sigue siendo esencial en muchos procedimientos.
Es el puente entre el deudor y sus acreedores, la figura que puede evitar un proceso judicial largo y costoso.
Si estás valorando acogerte a la ley de segunda oportunidad, plantéate esta pregunta:
¿Mis acreedores estarían dispuestos a negociar?
Si la respuesta es sí, contar con un mediador puede ahorrarte tiempo, dinero y complicaciones.
Si no, el proceso judicial será inevitable, pero igualmente podrás lograr la cancelación de tus deudas.
En ambos escenarios, la segunda oportunidad existe. Y conocer bien el papel del mediador puede ser el primer paso para aprovecharla al máximo.









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